Fresita ha ganado Gran Hermano "¡¡MIMAD MUCHO A LAS MUJERES Y NO LES GRITEIS!! ¡¡Y SI TIENEN LA REGLA LO MISMO!!" No tengo más que añadir.
Me he pasado la mañana viendo Gran Hermano por culpa de mi madre. Y lo peor (o no) es que no hablo del Gran Hermano de la tele, sino algo así como la obsesión de mi madre por mirar una grúa que han puesto cerca de casa. Es el Gran Hermano de la construcción (aquí vendría la musiquita del programa, pero no tenemos presupuesto). El hecho es que con la grúa iban a desmontar un andamio o algo así muy grande y muy alto y tenían que bajarlo colgado desde el gancho hacia un camión, y he tenido que aguantar toda la mañana a mi madre pegada a la ventana diciendo cosas como mira, un hombre en el andamio, sácale una foto uy, se les ha enganchado en el saliente del edificio que sirve para subir los muebles, sácale una foto ya lo han desenganchado, sácale una foto uy, ha aplastado a veinte personas, sácale una foto, ok, reconozco que esto último es mentira, pero seguro que si hubiese pasado me hubiera pedido lo de la foto. Y es que desde que tengo la cámara digital nueva no para de pedirme que fotografíe cosas super interesantes como lo de la obra según ella nunca se sabe que foto puede ser muy útil, si cae la casa por culpa de la grúa seríamos de gran utilidad - , un mini que había aparcado debajo del balcón como si fuesen tan extraños los minis ahora y multitud de cosas interesantes más.
Hoy he ido a que me sacaran sangre, y no, no he ido a Hacienda, yo de momento no tomo de eso, gracias.
Las últimas veces que me sacaron sangre (tres veces en dos semanas, excesivo para mi gusto) lo hicieron del brazo izquierdo y así se lo hice saber al médico cuando me hizo pasar y sentarme en la silla. Me arremangué y buscó la vena, no la veía del todo claro, así que me hizo remangar también del brazo derecho y se dispuso a buscar otra vez, pero tampoco la encontró, entonces dijo que había visto una señal de pinchazo en el otro brazo (casualmente el que le había sugerido yo al principio) y se acerca a mi con un rotulador y me pinta un punto en la marca antigua y me pincha en el punto negro. ¿Surrealista? Un poco, aunque supongo que sería más surrealista si en vez de utilizar una aguja hubiese intentado pincharme con un arenque.
De todas maneras el médico que me ha sacado la sangre era muy agradable y me distrajo bastante gracias a su conversación; bueno, me tranquilizó hasta el momento en que le dije que tenía un poco de miedo a las agujas y me comentó que casi toda la gente les tiene miedo y que hasta él pasa la noche sin dormir cuando le tienen que hacer un análisis. Eso me puso nerviosa: ¿qué clase de médico tiene miedo las agujas? Si él que se supone que sabe que esto es totalmente seguro tiene miedo ¿qué tengo que hacer yo, salir por patas? Es como si un carpintero fuese alérgico al serrín, o un carnicero fuese vegetariano, o peor aún, si un futbolista abuchease a sus compañeros... eeeh... mejor lo dejamos.
Un amigo me ha contado hoy que le encantaría trabajar en una tienda de lencería femenina. La verdad es que no le entiendo, no sé qué debe pensar; vale que en las tiendas de ropa muchas chicas salgan del probador para mirarse mejor en el espejo que hay fuera e incluso le pidan consejo a la dependienta en busca de una segunda opinión de cómo les queda, o simplemente para pedir otra talla u otro color, pero eso en tiendas de ropa, no en lencería.
Pero hay la creencia oculta de que en algunos probadores los espejos son como los de la casa de Gran Hermano, es decir, que por el otro lado son cristal y te pueden ver. Por eso siempre que acabo de probarme algo y salgo del probador le hago un corte de mangas al espejo, para que sepan (por si acaso) que les he pillado, sería tonto hacerlo al entrar al probador porque entonces llamaría la atención y todavía mirarían más, o peor, podrían proyectar el video en directo por los monitores de la tienda y no me daria cuenta hasta que saliese y la gente se me quedase mirando sorprendida. No creo que les afecte mucho el gesto, pero es mejor que nada.
Por cierto, hoy he cenado sopa de esa nueva de brik y realmente sabe muy parecida a la sopa casera. Mi madre no se lo creía hasta que no la probó y me vi en la obligación moral de explicarle como la hacían ya que yo lo había visto en un video explicativo hace tiempo. Resulta que meten un escurridor muy grande lleno de las verduritas para el caldo, dentro de una olla más grande todavía llena de agua y lo hierven hasta que está listo para envasar y llegar a los consumidores. Esto es lo que decían en el video, claro que nada impide que eso sea solamente para el video, que luego la sopa que sale de ahí la tiren y lo que metan en el brik sea pis de camello, que nunca se sabe. Evidentemente, mi madre no quiso repetir plato.
A mi madre le ha dado por hacer repaso del mueble del comedor. Por suerte no le da muy a menudo, porque siempre encuentra alguna cosa para rescatar del fondo del armario. Yo siempre le digo lo mismo, y ella nunca me hace caso: si estaba atrás de todo por algo será, y no precisamente porque se use a diario, digo yo. Una vez sacó un móvil de esos que se cuelgan del techo hecho con trozos de conchas, que cuando hace viento (o alguien le da un manotazo, cosa más habitual) hacen un ruido que la gente dice que es relajante y yo más bien diría incordiante. Otra vez sacó un libro de cocina de la abuela y se pasó una semana haciendo las recetas, después se dio cuenta que nuestro paladar salía perdiendo y recapacitó. Eso por no hablar de cuando encontró un nuevo tipo de turrón de alicante, del duro, y digo nuevo porque era algo así como una tableta de suchard dura como una piedra, a punto de fosilizarse.
Ésta vez ha ido más allá. Ha encontrado lo que utilizó para cortar la primera porción de su tarta de boda, la porción de la foto, porque después lo cortan los camareros, no se vayan a cansar los novios poniendo trozos... El problema no es que lo haya sacado, sino que ha decidido dejarlo fuera, colgarlo en la pared. Es una espada. Cortaron la tarta con una espada. Está colgada en el comedor de mi casa. Encima de la puerta del pasillo. Y no está dispuesta a cambiarla de sitio por el momento. Supongo que cuando se caiga encima de alguien y le dé un buen golpe (tranquilos, no está afilada) la pondrá en un lugar menos peligroso. Mientras tanto paso corriendo por la puerta. Bueno, y cuando no hay nadie en casa la bajo y practico un poco por si tengo que salvar la tierra media, que nunca se sabe ^_^
Hola otra vez. He vuelto. No, no insistáis, no me ha tocado la lotería, pero soy optimista: tengo el reintegro y algo es algo. Además me ha tocado la lotería real, vamos, que los reyes me han dejado dinero, y más de lo que esperaba porque la verdad es que tampoco he sido un modelo de bondad.
Siempre hay que mirar el lado positivo de todo. Podría estar peor, sin ir más lejos hace un par de días una noticia me sobresaltó: ¡Britney Spears se acababa de casar por sorpresa con un antiguo compañero suyo! Según sus palabras aquello había sido una broma que había llegado demasiado lejos y, aunque parezca increíble, no lo dijo el chico, sino la propia Britney. Al día siguiente en la gran revista Pronto leí otra noticia sorprendente: ¡Rowan Atkinson (Mr.Bean) está en tratamiento para curar una fuerte depresión! ¿Podría ser que ambos hechos estuvieran relacionados? Es decir, que Atkinson esté deprimido porque Britney se ha casado, o bien que la cantante se casara para animar al actor, aunque si su intención fuese esa habría mejores maneras de subirle el ánimo, por ejemplo... retirar del mercado su nuevo disco (es broma, es broma, que susceptibles somos...).
Da la impresión de que el mundo está al revés, es decir los humoristas se deprimen y las ... esto ... y Britney Spears se casa. ¿Qué será lo siguiente? ¿Qué Bin Laden hable de España? Lo que hay que ver...
Encantada, fue un placer poder compartir con vosotros mis reflexiones, pero lamentándolo mucho esto ha llegado a su final. No lloréis por mí, que me voy a casar con ella, no lloréis. Perdón, mi teclado ha sido poseído durante breves instantes. No es nada malo, de verdad, sólo que voy a pasar a mejor vida. Mañana me va a tocar la lotería. Está clarísimo. Averigüé mi número de la suerte con unos complicados cálculos (por suerte no hizo falta llegar al logaritmo neperiano, gran operación que tan útil me ha sido en mi vida diaria "¿por favor me pones un cuarto de logaritmo neperiano de pi a la menos 3 de tomates?" "¿Esa cantidad es porque estás a régimen estricto o por superstición?" "No, por tocar los huevos más que nada"), compré un décimo acabado en ese número: MI número. Sé que me va a tocar, gracias a mi madre, y a mi hermano, y a mi padre, y a un par de amigos, y de hecho, a toda la sabiduría popular que tantas y tantas hermosas y (sobretodo) prácticas supersticiones ha creado.
Decidí que iba a ir a comprar el boleto en luna creciente, por eso del simbolismo, supuse que al estar creciendo atraería el crecimiento de mi dinero, no vaya a ser que sea menguante y la liemos. Así que el día que iba a comprarlo hice los pasos habituales: me levanté con el pie derecho, claro que estaba medio dormida al despertarme y fallé de pie a la primera, así que tuve que repetir. Me duché, me vestí, desayuné, bueno, todo esto no es superstición, yo más bien lo llamo prepararse-para-salir-de-casa. Entonces cometí un gran error: antes de salir dije que iba a ir a comprar lotería, al momento aparecieron mi madre y mi hermano en el comedor y me pidieron que comprase la suya también. Me dio un poco de mal rollo: ¿y si al comprar sus números les traspaso mi buena suerte? ¿y si les toca a ellos la lotería con los números que YO les he comprado? Me resigné y acepté... tendríais que haber visto lo peligrosos que se ponen cuando les da el ataque ludópata. Me dieron el dinero (ni se os ocurra pensar que soy rácana, pero si les voy a pasar mi suerte no querrán encima que les pague los boletos) y me fui para la puerta, dispuesta a irme. Pero no iba a ser tan fácil, nada de eso: mi madre me asaltó antes de llegar a medio pasillo y me dio un azucarillo para atraer el dinero (para eso que me dé un imán potente y atraeré seguro la calderilla), una estampita de san Pancracio para atraer el dinero, una piedra pequeña de cuarzo para atraer la buena suerte (pensábais en el dinero, ¿verdad? materialistas que sois) y cuando me iba a dar una vela bendita opté por correr hacia la puerta y al llegar a la calle esconderme de portal en portal para que no me la tirase desde el balcón. Compré los décimos, 100 euros en total, 4 números distintos, pude leer la mente de la señora que vendía la lotería "hay que ver pobre chica, tan joven y tan ludópata, si todos los de su generación son así tengo negocio para años". Total, que llegué a casa, le di a mi hermano sus dos décimos y guardé los otros tres. Ni siquiera le he dicho a mi madre que número juega, porque tenemos dos números iguales y seguramente si no lo sabe me dará suerte, que yo también tengo mis supersticiones. En el informativo explicaron que para que toque hay que pasar el décimo por la nariz de una bruja, pero como mi madre estaba costipada me conformé con pasarlo por la figurita de la bruja de Sort que tenemos en casa, no vaya a ser que a la bruj... digooo... a mi madre le dé por estornudar y cambie el color de los números.
En definitiva y acabando que esto se alarga, deciros que si mañana a estas horas soy millonaria, vendré a despedirme, y sino soy millonaria siempre podré aprovechar el azucarillo que me regaló mi madre, algo es algo.
PD: ¿Habré ganado el concurso de Fran Perea? jejeje ;)
Yo también tengo carta a los reyes, por supuesto. Dice así:
Hola, soy Tere y quisiera saber porqué todavía no me ha llegado la invitación de boda. Les deseo mucha suerte a su hijo y su futura nuera para que ningún pajarillo con el estómago revuelto les fastidie el viaje en carroza descubierta.
Atentamente, Tereza con zeta.
Bueno, también tengo una mini carta para los reyes magos :D
Queridos reyes magos:
Soy Tere, de Barcelona. Supongo que habrás recibido la carta de mi socia Noelia, sólo debo ratificar lo que ha pedido para mi, con un Billy Boyd me conformo (adjunto foto), o sino traeme cualquiera de los otros tres hobbits (foto aquí), y podeis traerlo(s) directamente a mi casa, que ya me ocuparé de enseñar a Palomina (también adjunto foto) a abrir la puerta. También me solidarizo con la petición de una nueva temporada de Friends, y que lleguen a España las que faltan por salir en dvd. Tampoco estaría de más que Manga Films continuase sacando los dvds de Monty Phyton, que se han quedado clavados en el capítulo 40 :(
Y ahora me voy a ver 7 vidas, que por fin vuelve. Si eso luego sigo con la carta, queridos reyes.
Salí de casa sin intención de gastar nada, pero mi tarjeta de crédito me traicionó, con premeditación y alevosía, pero no fue la única, tuvo un cómplice en el delito: el impulso; sí, sí, el impulso que me lleva a comprar cosas que no necesito realmente.
Me explicaré: iba con una amiga (llamémosla Noelia) por una gran superficie (y no me refiero a una larga mesa ni una gran alfombra, sino a la fnac), ella vio un programilla de ordenador (llamémosle equis) y nos acercamos raudas a verlo de cerca. Ella lo quería comprar. Yo no. Lo cogí en mis manos. Le di la vuelta. Había una foto que me gustaba. Sólo pude decir dos frases: es caro para lo que es y hoy he cobrado, me lo puedo permitir (de acuerdo, son tres frases). Nada más dar un paso me di cuenta que era una compra impulsiva y, por suerte, recapacité: no llevaba dinero encima, podía devolverlo sin tener que cerrar los ojos para aguantar la tentación de comprarlo, pero entonces apareció ella en escena: la bombilla de mi cabeza, un neón se iluminó tienes la tarjeta de crédito, úsala, me sentía como Frodo cargando con el anillo, el programa me dominaba, debía comprarlo, era mi obligación, me estaba llamando. Y caí (metafóricamente, quiero decir). Lo compré. Con la tarjeta. Pude ver el logo de la Caixa riendose de mi cuando volvía a guardarlo en la cartera has vuelto a caer me decía y sabes que no es la última vez y luego soltaba una risa malévola, miré alrededor, pero nadie lo había oído: las tarjetas no hablan.
Un poco más tarde entramos a una tienda de juguetes porque mi amiga (seguiremos manteniendo su anonimato) quería comprar un puzzle. Había un par muy bonitos, ¡¡vistas panorámicas de Manhattan que brillan en la oscuridad!! Si acaso creéis que no pude vencer mis impulsos os equivocáis: ésta vez ni siquiera intenté luchar contra ellos. Me he comprado un puzzle para el cual no tengo sitio hasta que esté montado ¿y cómo lo voy a montar si no tengo sitio?. Y otra vez oí la voz en mi cabeza, mi tarjeta se reía de mí, así que me he enfadado con ella y la he castigado a quedarse en casa un par de días, no sea que le de por irse con otro.
Por cierto, al final mi amiga no se compró nada. Ella no llevaba encima la tarjeta.
El señor de los anillos ha acabado. Otra vez. Es la segunda vez que veo "El retorno del rey" en el cine, ésta vez en versión original, para más inri. Tengo un problema, lo sé, y no es mi (posible) actual pseudo-fanatismo tolkiendil, mi problema es más grave (o eso dicen): no sé si es peor imaginarme al agente Smith en Matrix aconsejando a Neo de como derrocar a Sauron o que cada vez que Elrond se acerca a Aragorn crea que va a llamarle Señor Anderson y se desdoble. Por si alguien no lo sabe, el actor que interpreta a el agente Smith y a Elrond es el mismo: Hugo Weaving (si no ¿a qué vendría mi confusión? y no me vale decir que lo de mi cerebro es defecto de fábrica ¬¬). Siguiendo con la película (si un tema gusta -o no- ¿para qué variar?), me he sentido un poco vacía al salir de la sala, y no, no me habían robado el bolso. Es sólo una sensación extraña: se ha acabado, ya no más libros, ya no más películas, justo ahora que le tenía más cariño a los personajes :(
Evidentemente estos pensamientos han derivado en otra saga: Matrix, pero cuando acabó no me sentí así, simplemente pensé que el final estaba cogido con alfileres, e incluso que debía haber visto la última en dvd, en vez de gastarme el dinero en el cine, pero al fin y al cabo era un gran evento cinematográfico y había que verlo.
Harry Potter, eso fue en lo que pensé en tercer lugar. Si el Señor de los Anillos ha 'existido' en mi mente durante tres años y me ha dejado esta sensación extraña al acabar, ¿qué pasará cuando vea la séptima (y se supone que última) película de Harry Potter y me dé cuenta de que se ha acabado? Demasiado complicado calcularlo, seguramente cuando llegue a ese punto ya estaré a punto de jubilarme y estaré ocupada de viaje en viaje (del inserso, por supuesto) como para echar de menos a ese 'jovencito que hace cosas raras con una varita'.
Este año Fran Perea puede ser tu rey mago. Si quieres que Fran Perea te lleve personalmente un regalo el día de reyes sólo tienes que enviar un sms con la palabra clave REY al 5555 y participarás en el sorteo. Estoy impactada, anonadada. No es que tenga nada en contra de Fran Perea, más bien tirando a lo contrario, y tampoco hago mucho caso de los sms sacacuartos, es sólo que éste me ha impactado. Estamos acostumbrados a ver los anuncios de mensajes para melodías, pero la cosa empieza a ser enfermiza.
¿No sabes como declararte a él/ella? Envía POEMA al 123 responda otra vez y recibirá un bonito poema de amor el problema del asunto es que a saber qué poema le van a enviar, sobretodo con los recientes santos inocentes, y si le envían el hermoso poema Una vieja y un viejo van paalbacete, y en mitad del camino va y se la mete.
Más tarde aparecieron los mensajes para enviar sonoros besos a quien tú quieras, los de enviar sustos y la última novedad que he visto (Mago Perea aparte) es la interesante posibilidad de enviar a quien quieras un sonoro eructo.
Espero que no sigan el ejemplo, porque empezaría a mirar la tele con miedo de que aparezcan anuncios espeluznantes como ¿Quieres que Carmen de Mairena te haga una inocentada? o ¿Te gustaría que José Manuel Parada sea el padrino de tu boda?. Es más, seguro que si envío un sms con la palabra clave PARADA o MAIRENA, mi móvil se autodestruiría en 30 segundos (rollo Misión Imposible).
Así que después de observar que la presentadora de A tu lado se ha teñido de rubia y ver por enésima vez a fresita exorcizada porque le han tocado el pelo, decido apagar la tele e irme a ver una peli.
Eso sí, antes enviaré un sms al 5555 (rimas aparte) para ver si Fran Perea puede ser mi rey mago y me envía un sonoro eructo, perdón, quería decir beso.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!! Gran estreno del weblog, con ganas de que sea leído por gente :) Palomina está nerviosa por los petardos, y no por los de la tele, ya que (por suerte) estoy viendo a los chicos del Terrat y no tengo que aguantar a presentadores gritones y floreros que hablan. Gran entrevista de Andreu Buenafuente a sí mismo en "Un altre any" jejeje. "Si que farem si que farem forum, si que farem ferum".